Esta temporada estaba sin espíritu navideño. Las luces navideñas de Medellín ayudaron, pero no fueron suficientes.
Siendo todavía un neoyorquino de corazón, la forma ideal en que siento el espíritu navideño es vitriniando en el frío de Manhattan, el trillado olor de las de castañas asadas de los vendedores de las esquinas. Tengo alergia a las nueces y nunca me las como, pero el olor ha entrado en mi psique y para mi significa Navidad. Sin esta combinación única de información sensorial, las fiestas de fin de año realmente no existen.
Entrar en el espíritu festivo fue igualmente difícil cuando viví en Los Ángeles y en Atlanta. Aunque no tan difícil como cuando vivía en Barcelona que, a pesar de la situación mediterránea, se enfría lo suficiente. La temperatura parece ser una fuerte influencia.
Esta temporada festiva en Colombia fue especialmente diferente y difícil para mí. Aparte de la temperatura templada de 30°C, la Navidad representa a la familia, en todas sus combinaciones. Aunque que me he acostumbrado a la distancia de mi familia y amigos, las otras vacaciones que he pasado en el extranjero disfruté de la familia o amigos de un ser querido. Esta temporada estaba solo.
No, no estaba deprimido. Pasé estas vacaciones meditando. Incluso además de las vacaciones, los últimos 15 meses han sido difíciles e incómodos. Las alergias que he tenido desde que era un niño reaparecieron sin razón aparente. Desarrollé nuevas susceptibilidades. Por supuesto, las razones fueron psicosomáticas. Mi mente estaba creando una realidad incómoda. No sabía por qué ni cómo detenerlo. Estar cómodo (o no) en mi propia piel, para mí se volvió literal e intenso.
Pasar las vacaciones solo era exactamente lo que necesitaba hacer. Las respuestas y curaciones poco a poco han estado llegando. He podido terminar mi proceso meditativo / terapéutico / psicoanalítico y prepararme para los siguientes pasos, sean cuales sean y como sea que vengan. Soy optimista sobre lo que venga más adelante. Estas revelaciones (palabra que prefiero a resoluciones) se extenderán a medida que avance el año.
A pesar de mi soledad personal, espero que tengas una temporada de fiestas llena de amor, familia, amigos y buena comida. Desde aquí les deseo un Feliz Año Nuevo.
Reflexiones sobre la mortalidad
Las muertes recientes de dos de mis contemporáneos agregaron un tinte melancólico y mortal a mis reflexiones. Embarcarse en un año nuevo feliz es difícil cuando se enfoca en la muerte y la mortalidad. Tengo casi 56 años y no siento que tenga logros significativos. No, no cuento vivir en Colombia. Francamente, pocas cosas que he hecho están en mi lista personal de logros. Son solo cosas que hice mientras quería o esperaba hacer otra cosa. Por supuesto, mi patrón de medición está distorsionado. Una cosa que sé que siempre he hecho mal es compararme con los demás. Eso ha sido especialmente dañino para mí, porque nunca he sido tradicional … ¡o normal! Siempre he vivido a un ritmo diferente, comparándome erróneamente con aquellos que han vivido en 4/4 de tiempo.
Afortunadamente, tengo buena salud. Puede que tenga otros 56 años para hacer un impacto en el mundo de acuerdo con mis propios y únicos estándares. Estoy comenzando un nuevo año, ¿cierto?
He admitido en publicaciones pasadas que con mi traslado a Colombia me estaba escapando de mi propia vida. Finalmente, con esta comprensión y el conocimiento de que no puedo escapar de mi mismo, puedo dejar de dar vueltas dentro de mi cabeza. Estoy haciendo mi vida en Colombia. Guau, esa es una oración de empoderamiento. Ahora veamos cómo mi energía antes malgastada pueda ser utilizada de forma constructiva.
Metas y Resoluciones del Año Nuevo
Como mencioné anteriormente, no hago mucho por medio de resoluciones.
Tengo muchos objetivos. Aquí hay uno que estoy dispuesto a compartir: mi objetivo con el baile es que donde sea que esté bailando, sea cual sea el ritmo que sea, quiero que la gente me mire y diga: ¡Maldita sea, ese tipo sabe bailar! (¡en cualquier idioma que hablen!)
Es posible que mi estadía en Colombia se prolongue hasta Cuba, República Dominicana y Argentina, donde me embarque en estudios intensivos de salsa, bachata y más tango. Quién sabe lo que habrá. No sé que el año traerá.
Otro objetivo es publicar en este sitio con mucha más frecuencia, es decir, ¡semanalmente! Quiero construir un sitio insuperable de Colombia, su estilo de vida y cultura (no obstante las excursiones exploratorias a otros países).
Por la presente prometo publicar más regularmente, y por supuesto, no solo sobre mi vida y aventuras (o desventuras).
En conclusión, ¡la vida es buena y está mejorando!
Feliz año nuevo y todo lo mejor para ustedes y los suyos de mí en Colombia.
