Algunas veces y en algunos lugares, he mencionado que soy un aficionado al tango. Aquí está toda la historia de Greggo baila tango.
Me han convencido, o más bien engatusado, para participar en una exhibición maestro-alumno. Por ello, he estado tomando clases privadas semanales desde agosto. Ahora voy a lucir mis pasos
Un negro que no baila
¡Hasta los 18 años no pude bailar nada de nada! Es más, hasta los 15 años ni siquiera me importaba. Pasé esa fase de los 70 de hustle. Pero una noche, cuando tenía 15 años, terminé en un club de salsa en algún lugar del este del Bronx. Shazam, ¡me golpeó! ¡Yo quería hacer eso!
No pasó nada durante años. Era demasiado tímido y estaba demasiado ocupado haciendo muchas otras cosas, en muchos otros lugares. Eso se refiere específicamente a bailes de pareja y a la salsa. Mientras tanto, sin duda aprendí a bailar como en la pista de una discoteca e incluso pasé un par de años bailando en una compañía amateur de danza moderna y jazz.
En los años 90, viviendo en Atlanta, el asunto de la salsa resurgió. Después del trabajo, una noche, un grupo de nosotros fuimos a un club de salsa. Fue una maravilla y todos dijimos que íbamos a inscribirnos para las clases que anunciaban. Yo fui el único que lo hizo.
Me sumergí en el tango porque otra compañera de trabajo no podía entender la salsa. Ella encontró un volante para una clase introductoria de tango y me invitó a ser su compañero. Su razonamiento era, Greggo intentará esto. Ella tenía razón.
Así comenzó una aventura amorosa. Pero a lo largo de los años, no he bailado más de lo que bailé en ese tiempo. Como resultado, nunca me he vuelto buen bailarín. Básicamente, repetí la misma experiencia de baile para principiantes año tras año, lugar tras lugar.
Por cierto, ese primera compañera mía fue muy bien pillada por la locura de tango. Ella tomó sabáticos del trabajo para vivir en Argentina y estudiar tango. Actualmente ella es una instructora que vive en Washington, DC.
ADN musical
Permítanme devolverme un poco. He tenido música en mi vida desde el útero. Mi madre escuchó jazz, especialmente vocalistas. Durante la cena, nos turnábamos para elegir la música que acompañaría nuestra comida. Cuando era niño, estudié piano y flauta y de joven, el saxofón.
Debido a las raíces de mi madre en las Indias Occidentales, la música Calypso y Soca nosotros escuchábamos tanto como el jazz, el pop y el soul.
Lecciones de salsa primero
No comencé a bailar en pareja hasta que, ya como adulto, estaba viviendo en Atlanta. Pero después de unas pocas lecciones, los pasos que me enseñaban se conectaron con la música en mi ADN y yo ya estaba bailando como un latino renacido. Es decir, estaba bailando salsa.
El tango siempre se me alejaba … tanto como me atraía. El elemento principal del encanto de la danza es su sensualidad. Uno baila tango pegado a la pareja, frecuentemente sin siquiera saber el nombre de la otra persona. Lo admito, la intimidad que me atrae es al mismo tiempo lo que me asusta.
La otra gran dificultad para mí es que no siento una completa afinidad hacia la música. Los ritmos tropicales se conectan a mis raíces a través de mi pulso. Pero en cambio, el tango se siente extraño. Lucho para conectarme con la instrumentación de violines y acordeones, continentes de lejos de congas, timbales y claves. Siempre me encuentro anhelando más percusión para poder improvisar.
Mi salvación es que estoy empezando a conectarme con las intensas emociones de las canciones a través de las letras. ¡Gracias a Dios que aprendí español! Ha sido un proceso lento. Espero que el 9 de diciembre pueda mostrar mi progreso.
La profesora de Tango de Greggo
“Jennifer Catalina Marín Palacio es una bailarina profesional especializada en diversos ritmos tropicales y de salón. Con la formación de maestros nacionales e internacionales, ha trabajado para las compañías y los elencos más importantes del país y fuera de él. Es contadora pública de profesión. Le gusta estudiar, hacer deporte y siempre que pueda, divertirse y compartir. Una de sus pasiones es enseñar con amor y disciplina”.
Ciertamente puedo dar fe de la disciplina de mi profesora … Sí, y de su amor por la danza también. Y aunque ella es dura conmigo, sé que es porque quiere que baile lo mejor que pueda. Lo que significa, creo, que aprecio esa disciplina.
La presión realmente está en mí para no hacer que mi hermosa profesora se vea mal. Además, quiero que esté orgullosa de su alumno.
Donde Greggo baila tango
A Puro Tango es una escuela de baile con la que tropecé cuando llegué a Medellín. Tomé clases grupales ocasionales allí, siguiendo mi costumbre de bailar esporádicamente.
A Puro Tango es una academia de baile que enseña todos los ritmos, pero como organización cultural se especializa en tango. Se estableció en el 2002 y desde entonces ha crecido hasta convertirse en un centro mundialmente conocido para la difusión de todo lo relacionado con el tango. La compañía de baile A Puro Tango viaja por el mundo como embajadora del tango. El centro de Medellín alberga eventos de tango de clase mundial.
Por cierto, en círculos tangueros se conoce Medellín como el Buenos Aires de Colombia.
Cuando Greggo mostrará su tango
Festival de Estudiantes de Tango: Alas de Tango
Ubicación: A Puro Tango
Dirección: Calle 44, # 65-41
Fecha y hora: sábado, 9 de diciembre; 8:00 pm
Costo: $25,000 preventa; $30,000 al ingreso.
Para más información llamar al: + 57-300-675-9168 o + 57-034-260-4906
Cualquiera que vaya a estar en los alrededores está invitado a asistir. Todos nos lo pasaremos de maravilla. Bueno, todos los que me esperan. ¡Estaré demasiado nervioso!
Después del 9 de diciembre, debería poder concentrarme en escribir nuevamente.
Hay mucho más que contar … on Colombia
Para la segunda parte de esta historia, hágase el clic aqui.