La salsamentaria, la tienda del barrio en Colombia es como la barbería o la peluquería en los vecindarios de negros de EE.UU., pero mejor. Son Chismes y mercado.
Bueno, no se puede recibir un corte de pelo en la tiendita colombiana, pero sí se puede comprar cualquier cosa que se acaba en la casa, apostar legalmente en los deportes, comprar la lotería, comprar una cerveza o un trago de ron o aguardiente, ver un partido de fútbol, o las noticias o las novelas en la tele, recargar los minutos del celu, buscar un sanduche, y por supuesto ponerse al día con las noticias del barrio.
Palabras diferentes para la misma cosa
Hablando de la tienda del barrio colombiana, que es una combinación de tienda y bar al aire libre, una palabra que puede ser familiar para los gringos, o tal vez solo para los gringos neoyorquinos, es bodega. En español puertorriqueño significa tienda y hace mucho entró en el lexicón inglés. Yo me crie en el Bronx haciendo mandados para mi madre en la bodega de la esquina. Pero como se sabe, las bodegas en los barrios de Nueva York solo eran tienditas. Déjeme contarles sobre la tienda del barrio colombiana, un gran lugar para mercado y chismes.
A propósito, en español colombiano una bodega es un sitio para guardar cosas o un gran almacén. En Honduras y Costa Rica, a la tienda del barrio se le dice pulpería. Sí de pulpo. El concepto es que el dueño de la tienda tiene tentáculos para alcanzar todo y cualquier cosa. En México, se llama heladería, aunque venden muchísimo más que helados. A veces los colombianos usan la palabra charcutería, pero es más como una delicatesen, una tienda que vende distintos tipos de carnes curadas. Por favor, no tomen esto como una lista exhaustiva de las palabras para tienda en Latinoamérica. Solo hice una encuesta informal con mis amigos latinos.
La salsamentaria
En Colombia, lo que yo conocía como la bodega se llama la salsamentaria, una tienda que tiene un poco de todo y sirve para de todo un poco .

Mi tienda del barrio, una de las dos en lados opuestos de una calle, con una tercera en una cuadra más arriba, se llama La Salsamentaria La Chinca. Está nombrada así por la iglesia del barrio, La Parroquia de Nuestra Señora de Chiquinquirá. La Virgen de Chiquinquirá es un título dado a la virgen María en la región norte de los Andes Suraméricos. Ella es una santa de Colombia.
Quince años y contando
Hace 15 años que existe la Salsamentaria La Chinca. La dueña actual, Arelis Vergara, la ha tenido por los últimos cinco años. Ella era ingeniera civil que se tropezó con un cambio de vocación. (Más sobre su historia particular en un futuro Perfil de Colombianos.) El vecindario parece tener más que suficiente clientela para sostener tres salsamentarias y más. En cualquier momento y hasta la medianoche los clientes regulares están en las mesas y otros llegan buscando tentempiés o alimentos más sustanciales.
Arelis me dice que fue contactada por un desarrollador inmobiliario que quiere comprar los edificios, incluyendo el que tiene la Salsamentaria La Chinca, los cuales son pequeñas estructuras de uno y dos pisos, para derrumbarlos y construir un edificio más grande. Pero por el momento solo es hablar. Aunque ella sí dijo que si eso pasa, probablemente volvería a la ingeniería civil, pero en algo donde pudiera viajar por Colombia, como trabajar en las vías tal vez.
Por el momento, mi sitio preferido para trabajar o simplemente pasar el tiempo está seguro.

Mucho más que solamente mercado
Cuando me instalé en mi apartamento actual, hace seis meses, aprendí sobre el estado del barrio tomando mi aromática de la mañana en la salsamentaria. Allí por ejemplo, me presentaron a una mujer que vende muebles. Su casa sirve como su sala de muestras. Ella me aseguró que podía hacerme el pedido de un sofá que me gustó. Si se acaba la comida que les doy a mis gatos, la Salsamentaria Bolívar que está una cuadra arriba y es algo más grande que mi salsamentaria, vende la marca de comida que les gusta a mis gatos. Es un poco más caro, pero si gastar un poco más evita una manifestación por los felinos de la casa, ¡estoy bien salvado!
No todas la salsamentarias sirven licor, pero la mayoría sí. Lo que se requiere es un par de permisos adicionales, uno para vender botellas de licor y otro para el consumo allá en el local. Dijó Arelis que cuando compró la tienda ya tenía concedido estos permisos.
En una salsamentaria cerca de donde vivía en Manizales vendían cerveza, pero yo no creo que tenían el permiso para consumo en el local. A pesar de eso la gente compraba sus cervezas y se sentaba en los escalones en frente de la tienda para tomarlas. Era su bar. Una noche en camino a casa me encontré con una amiga allí. Ella y sus compañeros de trabajo solían sentarse allí para descansar después de su jornada en un restaurante cercano. Esta noche en particular, me quedé charlando con ellos hasta las tantas. Fue una noche súper divertida.
Cuando estaba escribiendo este artículo, dos cuadras en otra dirección de mi apartamento actual, vi algunos trabajadores remodelando un espacio para un nuevo local. Parece que habrá una salsamentaria más en el barrio. Parece que haya negocio suficientes para apoyarlas a todas.
Un cliente habitual
En el tiempo que he vivido en el vecindario, he conocido muchos de los regulares de la Salsamentaria La Chinca, y bueno, supongo que ya soy uno también. La uso como mi oficina al aire libre y le sigo pidiendo a Arelis que ponga WiFi para mí. Por ser el único que pido eso, no me hace mucho caso. Me da igual, hay muchas otras razones por las cuales me acerco allí.
Y claro que sí, la mayoría de este escrito fue dictado mientras sentado en una de las mesas de La Salsamentaria La Chinca.

Una palabra interesante
Una de mis palabras favoritas que terminan en “erias” como: charcuterías, panaderías, etc. es la Piñatería. Hay una a unas cuadras de mi apartamento. Nunca he entrado, pero me gusta el concepto: una tienda que vende todo y cualquier cosa para hacer una piñata.
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